lunes, 27 de mayo de 2013

25 DE MAYO: TRUCHAS DURAS, TRUCHAS FUERTES

Jornada complicadilla la que tuve en esta ocasión. Río algo escaso de agua, truchas apáticas en la primera manga de la jornada y con ninguna gana de comer arriba, a pesar de la fantástica eclosión de pardones que presencié.
Pues eso, dividiendo la jornada en dos mangas de unas 2.5h cada una, la primera fue un desastre, porque por no tocar, no toqué ni las piedras. Era desesperante, tenía el brazo machacado de tanto lanzar, me dolía el hombro y el cuello (ando algo tocado de cervicales) y encima no era capaz de arrancar alguna trucha del fondo. No me suele pasar, pero me estaba empezando a cabrear por esa suma de circunstancias negativas.

Por fin, hacia la mitad de la jornada, y lanzando en un hueco sombrío, pequeño y con poco recorrido para la deriva, salió como un rayo una pequeña trucha que me dejó anonadado de la fuerza que mostraba. Estaba fuerte como un toro, señal de que se están poniendo hasta las trancas de comer.
Tras liberarla, avancé río arriba como 10 metros y lancé de nuevo ¡zas! otra... tres revolcones y hasta luego, Lucas.

Como el tramo que estaba pescando no me convencía mucho, cogí el coche y me desplacé a otra zona río arriba en la que nunca había estado.
Aparqué en un recodo del camino y desde allí, 20 metros hasta la orilla y ya estaba de nuevo metido en harina. Esta vez dí con un sitio en el que el agua bajaba generosa en su caudal. Localicé un echada de libro: rama gorda en medio del cauce y una larga poza diciendo "¡pruébame!" A los tres lances, ya tenía una preciosa y rolliza trucha que picó sin miramientos y me ofreció una bonita pelea.
La tarde estaba ya avanzada y aún pude disfrutar con algunas truchas más. Eso sí, estaban duras, puñeteras como ellas solas. Pero eso es lo bonito de la pesca.
Como dice mi amigo Lachis, ríos fáciles no hacen pescadores habilidosos.

lunes, 20 de mayo de 2013

18 DE MAYO: PESCANDO UN RIO GRANDE

Con lo mal que pintaba el parte meteorológico, y lo bien que hice en ir a pescar. Y es que a veces, los hombres del tiempo, no atinan al 100%, unas veces para nuestra desgracia, y otras para nuestra alegría.
Me encontré una tarde ventosa, algo fría y con unos nubarrones importantes, pero la suerte estaba de mi parte y solo llovió durante un par de minutos.
El resto de la tarde, pues eso, pura diversión en absoluta soledad. Se ve que la gente pensó "me quedo en casa" al ver la que se avecinaba.

Me encontré un río generoso de caudal pero con una temperatura que, ahora agradezco seguir con mi vader de cálido neopreno y no haber cambiado a un transpirable. La primavera está siendo bastante fresquita y eso repercute en la actividad de las truchas, pero poco a poco, con paciencia, se van dejando engañar.

En cuanto a la pesca, andaban las truchillas a medio gas; "cojo la mosca con ganas pero escupo antes de que te de tiempo a dar el cachete". Aunque el clima me dio una tregua, no estaba la tarde para muchas alegrías. Por eso, aunque las capturas no fueron numerosas, me fui satisfecho a casa, no sin antes citarme con este río para otra jornada más soleada.

Se me olvidaba comentar que durante las tres horitas que estuve pescando, vi una constante eclosión de efémeras que me parecieron pardones. Ahora bien, cebadas, dos o tres. No se yo si las pintonas tuvieron cena de empresa la noche anterior y andaban empachadas.

viernes, 17 de mayo de 2013

Conversando con: Eduardo García Carmona

Tras un paréntesis de varios meses, retomamos nuestras entrevistas con un pescador de sobra conocido por todos, aunque la faceta por la que le hemos tenido siempre presente, es la de divulgador incansable de este mundo tan maravilloso y peculiar a la vez que es la pesca.
No vamos a descubrir al Eduardo García Carmona periodista, divulgador, articulista, escritor; a ese Eduardo al que tanta gente sigue a través de su blog pescarmona.blogspot.com. Pero sí quiero descubrir un poquito más del Eduardo pescador. Queremos saber, parafraseando el título de su guía de pesca, dónde y cómo pesca este hombre de trato amable y cercano, de voz recia y profunda.
Sin más, os dejamos con la entrevista a este pescador de peces y de palabras.

Eduardo, lo primero de todo ¿cómo llevas la vuelta al clima del norte tras seis años disfrutando de la calidez de las islas Canarias? Supongo que ya te habrás sacudido el frío de encima.
¡Qué va...! El frío no nos ha dejado, ni nos dejará hasta el verano.
Este invierno está siéndolo, todavía. La primavera está siendo un invierno "camuflado" y, después de seis años en las islas afortunadas, como que estoy pagándolo con catarros... sí, sí, uno detrás de otro y llevo unos cuantos.

Te has afincado en Asturias, pero me da, no se por qué, que los ríos de tus amores están un poquito más abajo. Sácame de esta duda, por favor.
Tienes toda la razón. León es León en todo y si nos referimos a los ríos y sus peces, la singular pintona, especialmente más.
Me encuentro de maravilla en tierras gijonesas, donde dicho sea de paso habitan más de 80.000 leoneses, pero los ríos asturianos, aunque hermosos y con mucha calidad de peces, para mí, son muy distintos a los leoneses. Siempre seré un enamorado de León y sus ríos. Donde estén el Curueño, Duerna, Torío, Omaña, Bernesga, Yuso, Luna, Burbia, Valcarce, Cúa, Selmo... lo siento pero, que se quiten los demás, y eso que cada vez tienen menos peces.

Tienes publicada una guía para pescar en León que se puede considerar una herramienta más para el pescador. ¿Cuántas páginas tienes marcadas para ti mismo en tus salidas por esta provincia?
En la mente, todas. En particular, las de mis ríos favoritos, que son los de montaña: Luna, Curueño, Omaña, Duerna y Torío.

Nos consta que te encanta pescar a mosca seca, pero como hay que hacer patria, te pondremos en un aprieto. ¿En qué época prefieres poner una cuerda de leonesa?
Siempre, porque pescar a la leonesa es poder utilizar las moscas del Manuscrito de Astorga y sus derivadas en cualquier momento.
He sido, soy y seré un fiel seguidor de la pesca a la leonesa, expresión que siempre he utilizado, divulgado y promocionado.
Efectivamente, pesco a seca desde hace unos 20 años, pero con los años, la vista se va perdiendo y como bien he dicho, PESCO A SECA, por lo que cada vez es más complicado ver la mosca flotando por encima del agua, cada vez es más complicado ensalzar las moscas.

Ahora que está tan de moda la pesca a ninfa con perdigones, hay pescadores que lo consideran un sacrilegio hacia la pesca a mosca seca como se conoce tradicionalmente. Nos gustaría conocer tu opinión como pescador.
No me gusta pescar a ninfa y mucho menos a la última que llaman perdigón. Respeto a todo el mundo pero para mí pescar al hilo, como lo hacen los de perdigón, es pescar a cebo, no a seca o a sedal pesado, porque muchos de los que utilizan el perdigón, no llevan ni cola de rata en el carrete, incluyendo a los de competición.
Después algunos dicen que les tengo manía pero hasta en competiciones oficiales les han pillado utilizando hilo y más hilo, y después trenzados o algo similar. ¿Entonces a qué pescan, a seca?

Danos tres razones para pescar en soldad, y otras tantas para hacerlo en buena compañía.
El sonido el agua, el susurro del viento gélido o templado, el trinar de los pájaros, el crujir de una simple rama al pasar por una vereda, son sinónimo de soledad, tranquilidad, paz…es la sinfonía de la vida misma, administrada con “cuentagotas” cuando sales a pescar en solitario…y si encima sientes a un pez al final de la línea, ya es el máximo.
Pero la pesca es mucho más. La pesca son sensaciones, la pesca es disfrute, es amor, es naturaleza armónica, es un todo equilibrado que te da conciencia de lo que significa de verdad cuando sales sin egoísmos, y la pesca es amistad y compañía.
A mí me encanta estar sólo en el río pero siempre acompañado. No puedo salir sin mi cuadrilla, sin la reunión de la hora del bocata, la bota de vino, la charla e, incluso, la partida al mus, aunque la pierda.
La pesca es compartir y si la naturaleza te aporta todo lo que he comunicado hasta el momento, como vas a ser tan egoísta de no compartirlo con los demás.

Cuando planeas una salida, ¿te tiras a los tramos libres, los cotos o te da igual?
Normalmente, a los tramos libres o libres sin muerte. Los cotos cada vez están más prohibitivos y, en muchas ocasiones, están iguales o peores que los tramos libres.

¿Eduardo es pescador de truchas o pescador sin más?
Ante todo soy pescador. Es verdad que estoy enamorado de la “reina de nuestros ríos”, pero se siente una satisfacción similar a la de sacar una trucha cuando, por razones como las mías en Canarias, te tienes que ir a pescar al mar o las presas de riego. El primer Black Bass que pesqué a popper, me dio una subida de adrenalina que no tenía desde hacía tiempo. Vamos, me enganchó la pesca del Bass en Canarias y a seca, aunque, también, probé a cucharilla de doble pala SIN MUERTE, que me envió mi amigo Eduardo Fontela, de cucharillas EDU, y la verdad es que no daba crédito a la cantidad de ellos que saqué. Ni los pescadores canarios que me acompañaban se lo creían.

La memoria siempre es caprichosa cuando guardamos algo para recordar eternamente. Seguro que tienes una jornada memorable en la retina entre tus incontables andanzas pesqueriles. Y seguro que no fue la que más peces te dio.
Fue una jornada en la que cuando estaba en El Diario de León realizando las dos páginas de pesca semanales, en la época en la que no estaba la redacción informatizada, se me ocurrió realizar un reportaje de pesca a la “antigua usanza”, con tiradera.

Conseguí dos expertos en el alto Esla y, a pesar de ser verano, casi nos congelamos en el río.
El reportaje era total por lo que teníamos que salir furtivos y de noche. Apostamos a dos amigos en el único puente que daba paso a la zona utilizada en el río, con instrucciones claras de lo que tenían que hacer con sus cigarros en caso de que apareciese la guardería, la Guardia Civil, o cualquier otra persona.
Después de dos lances magistrales en uno de los mejores cotos del Esla, por entonces, y con sólo cinco truchas en el “talego”, un movimiento desde el puente nos indicaba PELIGRO. Con todo nos metimos en el río y nos cobijamos bajo unas salgueras de la orilla. Pasaba el tiempo tan lento que, los minutos parecían horas. Eran gentes del lugar que habían salido a pasear y se quedaron dialogando con los del puente. Nosotros nos quedamos “medio pajaritos” con toda la ropa calada. Menos mal que el frío nos lo quitamos del cuerpo, después, con una buena queimada. Por supuesto, el reportaje no salió porque no se pudo realizar.

Te propongo un flashback de 20 años para que nos cuentes caña en mano cómo has visto la pesca de la trucha en las dos últimas décadas.
Yo lo resumiría casi con un titular: DEL TODO AL NADA, como la economía en nuestro país. Aunque en honor a la verdad, los problemas de los ríos y las truchas en León no vienen de hace 20 años, vienen de hace cuarenta o más. Antes de cerrar el pantano de Riaño, allá por 1987, el Esla tenía truchas para todos y hasta los cupos eran de muchas truchas autorizadas. Ahora, hay que conformarse con mucho, mucho menos pero, si sales con alegría y a disfrutar de la naturaleza, devolviendo los peces, otra vez al agua tras ser capturados, la satisfacción volverá a inundarte.

Para terminar, ¿qué te gustaría aprender en esto de la pesca que no hayas aprendido aún?
Que la Administración lleve la pesca a las escuelas, al colegio normal, como una asignatura más o un apartado dentro de la de CONOCIMIENTO DEL MEDIO.
El día que nuestros escolares, desde los cinco años comiencen a ser concienciados de lo que debemos hacer con el río y los peces…con la naturaleza en general, habré APRENDIDO AMAR A NUESTROS POLÍTICOS, mientras tanto, no me gustaría aprender nada más porque yo he conocido momentos de mucha pesca y abusamos, y de aquellos abusos vienen los problemas de hoy. Tengo tres nietos y me encantaría que conociesen la pesca como la conocí yo, y NO POR FOTOGRAFÍA, como parece ser que la conocerán en pocos años. Si no nos concienciamos todos y educamos desde temprana edad a los niños, en este sentido, esto se terminará.

Así es Eduardo, sincero, honesto y con las ideas muy claras en esto de la pesca. Esperaremos a que se le pasen los catarros y emplazarle a una jornada de pesca en esos ríos de montaña a los que tanto ama.

lunes, 13 de mayo de 2013

12 DE MAYO: EN TIERRAS DEL LÚPULO

Tenía una cuenta pendiente con cierto río que me había dado julepe en las últimas visitas Tanto es así, que no lo pescaba desde hacía, al menos, tres años. Aún con esos precedentes, enfilé hacia las tierras donde las plantaciones de lúpulo (materia prima esencial en la elaboración de la cerveza) invaden el paisaje y justo antes de su cosecha, ya en plena temporada estival, regalan unas estampas únicas.

El día no empezaba muy bien, ya que según reza el refranero popular, la mañana estaba para aplicar lo de "Niebla en la montaña, pescador en la cabaña". Aunque tampoco era excesiva, así que no me desanimó.
Tras vestirme de astronauta, me puse a pescar un tramo con muy buena pinta, aunque el caudal venía cañero y era muy complicado moverse con soltura. Incontables lances después, y sin tener ni una triste picada, metí la caña en el coche y bajé unos 3km para pescar un tramo con el caudal en su punto justo de cocción.

Poco a poco, conseguí levantar algunas truchas después de hilar muy fino, porque las muy... estaban bien pegaditas al fondo. Este año, me da que van a tardar un poco más en ponerse como locas. Como en jornadas anteriores, la ausencia de cebadas fue la nota predominante. Por suerte, si no comen arriba, comen abajo, y yo tengo la sana costumbre de llevar un buen surtido de golosinas que me permitan disfrutar con la reina del río.

Como anécdota, cuando me estaba cambiando para marcharme a casa, llegó un pescador que tenía su coche al lado del mío. Le pregunté qué tal se le había dado y me sorprendió la respuesta: "Es que acabo de llegar" Digo sorpresa porque estaba recogiendo los bártulos para irse ¿¿?? Luego vino la aclaración: se había dejado la licencia en casa. Me decía que sin licencia no iba a estar tranquilo. Bien por él; las cosas bien hechas bien parecen. Muchos otros en su lugar, se habrían arriesgado a una sanción. El pobre hombre tenía un cabreo importante, pero...