lunes, 13 de agosto de 2012

12 DE AGOSTO: PADRE ESLA

Bonita jornada la que compartí ayer con Enrique, compañero, socio y amigo de Pescaleón. Desoyendo mis principios básicos, le propuse a Enrique madrugar un poco (para mí, leventarme a las 7 de la mañana es un señor madrugón) y acudimos al Esla con ganas de pasar una buena jornada.
Cuando llegamos, nos encontramos un río un poco alto, pero pescable. La mañana era perfecta, sin viento, sin altas temperaturas, sin gente... Pero como siempre, las truchas dictan sentencia y la verdad es que asomaron poco.
Las primeras picadas se hicieron de rogar y pronto nos dimos cuenta de que iban a estar muy duras. Se encontraban localizadas en las zonas más someras o en los blandos -aunque muy desperdigadas-, huyendo de las venas centrales y de las corrientes fuertes como de la peste.

Enrique con una bonita captura
Mientras yo di a la primera con el menú que demandaban las pintonas, Enrique, con más paciencia que yo para esos menesteres, se afanaba en atar al bajo diferentes opciones con el fin de comprobar si aceptaban alguna variante más. Pero las truchas no querían inventos, tanto es así que una de las moscas que mejor me ha funcionado este año, pasaba sin pena ni gloria por sus morros. Convenimos que lo más acertado era usar colores oscuros.
Dicho y hecho, Enrique puso algo más ortodoxo en cuanto a colores y en un blando a la salida de una pequeña chorrera ¡zas! entró una truchina con una picada preciosa. Me alegré mucho de esa captura, porque intuía que ese lance era pez seguro. De modo que ahí me quedé, observando y disfrutando la secuencia tanto o más que si la hubiese pescado yo.

Pescadores, truchas y efémeras como menú arácnido
Durante esta jornada, sacamos pocas truchas -aunque hubo algunos "revuelques" francamente divertidos- y se nos quedó un sabor agridulce. En honor a la verda hay que decir que sufrimos al padre Esla en forma de variaciones de caudal. Primero un aumento considerable, con arrastre de grandes porciones de algas, luego un parón en la suelta. Indudablemente, esta situación descoloca a las truchas sobremanera y hace muy difícil tener una jornada aceptable en cuanto a capturas.

Aún así, ambos lo pasamos francamente bien, tocamos escama, como se suele decir, y sacamos algunas conclusiones muy interesantes de esta jornada. Pescando solo, se aprende mucho; pescando en compañía, se aprende cuatro veces más.

6 comentarios:

  1. Hola carlos!Nosotros tamb ien sufrimos las subidas y bajadas de caudal ste fin de semana.Pero como tu dices siempre se aprende y sobre todo pasar un buen dia.saludos!!!!

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    1. Hasta dentro de 15 o 20 días, no creo que se estabilicen los caudales de los regulados. Luego empieza la mejor parte de la temporada.

      Un saludo, Jesús

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  2. Los mejor de esto es la experiencia ganada. Lo de los emblases en años como este pues hay que aguantarlo no queda otro remedio...

    Saludos!!

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    1. La verdad es que en León es el pan nuestro de cada día; es la "excelente" gestión de los recursos hídricos que se hace en este país.

      Saludos

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  3. Hola, pescar con Carlos es un placer. Ademas pude ver una ninfa de su creación en acción y como revolcaba truchas. Siempre se aprende mucho de los demas. Esperaremos a Septiembre que como todos los años las cosas cambian.
    Saludos
    Enrique

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    1. Aunque en esta jornada, las truchas tenían unas prefererncias más concretas, lo de las moscas a usar es, a veces, una simple cuestión de fé.
      Enrique, el placer fue mío. Da gusto compartir jornada con alguien que se toma ésto con tanta tranquilidad. Espero que repitamos en breve.

      Saludos

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