lunes, 8 de julio de 2013

30 de junio y 6 de julio: festival de truchas de alta montaña

Tengo que decir, que en el momento de escribir este artículo, me duele todo el cuerpo de la paliza que me di este fin de semana. Porque nueve horas pescando son muchas horas, al menos para mi, pero sarna con gusto no pica, así que es un cansancio agradable.

Pero empezaré por la jornada del día 30. En compañía de Rubén, pesqué el río que más me gusta visitar durante la temporada. Alta montaña, paisaje sobrecogedor, truchas bravas y agradecidas con el pescador.
Mientras Rubén se afanaba con una cuerda leonesa, yo me puse desde el principio a dar latigazos por eso de obligarme a pescar más a seca.

Y la verdad es que hice buena elección, porque no llevaríamos ni 15 minutos en el agua cuando ya había clavado la primera. Rubén también conseguía que tomaran alguna de las moscas que pendían de su aparejo.
El resto de la jornada fue una sucesión de subidas a la mosca y muchos fallos por mi parte, y alguna que otra captura. Rubén tampoco tuvo un día especialmente pródigo, aunque lo pasamos muy bien, como siempre.
El río venía algo alto para esas fechas pero perfectamente pescable. Este año hemos tenido muchísima nieve en las cumbres y los deshielos se han prolongado algunas semanas más.

6 de julio

Después de pescar una bonita jornada con Rubén, andaba yo durante la semana mirando a ver dónde iría a pescar el siguiente fin de semana. Tras darle muchas vueltas, me dije "repetimos escenario" De modo que agarré los bártulos y a las 10:30h estaba en el río, un río que había mermado algo su caudal pero que iba de dulce. Primeros lances y al poco, primera trucha en la sacadera, preludio de la que iba a ser la mejor jornada que he tenido este año. Las pintonas subían a la mosca con verdaderas ganas, y aunque un par de horas después ya había conseguido sacar cuatro, los fallos y revolcones fueron constantes. Me lo estaba pasando como nunca.

A la hora de comer, se me unió como compañero de pesca, mi amigo Mario, que tiene la fortuna de vivir muy cerca de este maravilloso río y pudo escaparse un rato para pescar conmigo. Y empezó el festival.
Si durante la mañana habían estado muy activas, por la tarde fue una locura. Mario empezó a sacar truchas enseguida, incluso de una misma corriente, llegó a arrancar cuatro buenas piezas sin moverse del sitio.
Yo estuve un rato -no muy largo, por suerte- sin que me subiera trucha alguna, hasta que por fin, en una estrecha corriente y tras un lance ajustadito a una piedra, ¡zas! una rolliza y hermosa trucha cogió la mosca con saña. Una bonita pelea, con el pez intentando meterse debajo de unas ramas de la orilla primero, y descolgandose a la zona más fuerte de la corriente después. Una maravilla.

La tarde siguió con algunas capturas más y con la satisfacción de comprobar lo bien que pesca una mosca que monté en su día, más por hacer la coña que con intención de pescar con ella: la "Neymar" Agradezco el nombrecito que tan acertadamente le puso un miembro del foro de Facebook Locos por la pesca.


martes, 4 de junio de 2013

Conversando con: Joaquín L. Quintás

Hoy traemos a nuestro blog, a un pescador que juega con ventaja; la ventaja que le da ser un extraordinario montador y conocedor de ese complicado micromundo que es la entomología.

Joaquín L. Quintás, es un gallego que en el primer envite cara a cara ya te cae bien. Aunque él no quiera reconocerlo, es un montador de referencia que, con una prodigiosa habilidad, convierte una amalgama de materiales de montaje en auténticas obras de arte. El arte del montaje realista.


Joaquín montador, Joaquín pescador… No te voy a preguntar cuál de las dos facetas de nuestra afición te gusta más, porque seguro que las dos, pero sí que me gustaría saber si pasas más horas en el río o delante del torno.

Podría decir que es raro el día que no le dedico un poco de tiempo al montaje, ya sea montando o leyendo sobre montaje e insectos. También soy de los que cuando vamos a comprar algo, vemos aplicaciones de algún material para usar en montaje. A la pesca no puedo dedicarle todo el tiempo que me gustaría.


Los escritores suelen usar la frase “el reto del papel en blanco” cuando se enfrentan a un nuevo libro por escribir. Los montadores de moscas realistas, supongo que usaréis la frase “el reto del anzuelo desnudo” ¿Siempre sabes lo que vas a montar cuando cierras la mordaza, o te gusta improvisar de vez en cuando?

Si se trata de hacer una mosca realista, es algo que ya tengo en mente, ya me he documentado sobre el insecto, buscado un poco con dibujos la forma de atarlo y los materiales que voy a emplear más o menos. En cambio, a la hora de hacer moscas de pesca, me gusta más improvisar, es más; me aburre enormemente hacer más de cuatro moscas iguales, tengo que cambiar siempre.


Los pescadores que montamos humildemente, nuestras moscas para pescar, sentimos una enorme satisfacción al atrapar un pez con uno de nuestros montajes. Los que montáis moscas de pesca por un lado, y obras de arte por otro, debéis tener la felicidad totalmente cubierta.

Engañar a un pez con una mosca es siempre una satisfacción ya sea con una mosca hecha por ti, como con una de otro montador.Indudablemente la satisfacción era mucho mayor con aquellas primeras moscas que montamos años atrás, que con las de ahora, pero sí, tiene su encanto probar una mosca y que pesque bien.

Un montador realista ¿nace o se hace? Te lo pregunto porque yo lo he intentado y solo he conseguido hacer churros.
Lo has intentado poco Carlos. Salvo contadas excepciones, todos tenemos unas habilidades escondidas que solo es cuestión de potenciar. Los primeros intentos serán churros como dices, pero hay que seguir, no debes quedarte solo en el intento. Hay personas que tienen más facilidad o son un poco más hábiles eso sí, pero hay que ser perseverante. Por lo tanto diría que se “hace”. Te pondría un ejemplo: Fernando Alonso no nació bicampeón del mundo, se hizo campeón a base de potenciar algo que en su día probó, le gustó y siguió con dedicación y esfuerzo. Sí que es un piloto habilidoso, pero quien te dice que no hay unos cientos de personas que son potencialmente campeones, solo que nunca probaron en un kart, no tuvieron esa inquietud por la velocidad o abandonaron al primer fracaso.
Galicia es una tierra preciosa, con rincones absolutamente increíbles, pero sabemos que también te gusta pescar en León, donde tienes buenos amigos pescadores. ¿Cómo ves ambos sitios en cuanto a calidad piscícola, ambiental, gestión…?

Galicia en parte es preciosa, pero también es una de las comunidades que menos ha sabido conservar su verdadero patrimonio cultural y natural. Es espantoso ver como el feísmo se ha adueñado de la mayoría de pueblos y aldeas. Es horrible ver las riberas de los ríos plagadas de eucaliptos y carentes de vegetación autóctona. En cuanto a la pesca es desolador ver que el país de los mil ríos esté tan descuidado, por los gallegos y por las administraciones públicas. Sí algún que otro país tuviese los ríos que tenemos en Galicia otro gallo de León nos cantaría. Creo que León está bastante mejor que Galicia en cuestión de pesca, que dentro del caos nacional es un milagro. Sí es que Galicia, lo tiene todo, agua en cantidad y calidad, solo que no hemos sabido conservarlo bien. Las administraciones autonómicas han hecho un flaco favor a los ríos. Cuando se pretende gestionar algo desde la ignorancia y haciendo caso omiso a verdaderos expertos en el tema, para no hacer evidente esa ignorancia, sale lo que sale.
Volviendo al tema del torno, el montaje realista requiere unas dosis de estudio y de observación muy elevadas, pero supongo que tendrás algún espejo en el que mirarte, alguien que te inspiró en tus comienzos.

La primera persona con la que traté el tema del realismo, ya que era desconocido para mí, fue Andrés Touceda, paisano mio, que es un verdadero maestro del montaje realista. Un concurso que organizó fue el detonante de mi afición, le presenté un ciervo volante y me preguntó “¿pero está todo atado con hilo?” a lo que le contesté que no, muchas partes están pegadas con cianocrilato y él me dijo "no vale, no se puede pegar, todo tiene que estar atado con hilo". Yo me quedé atónito, y me dije: "si todo tiene que estar atado con hilo, pues atamos todo con hilo" Y ahí empecé yo a hacer mis pinitos hace un par de años.
Pregunta obligada. Bajo tu punto de vista ¿cuál sería el mejor tratado de entomología enfocado a la pesca y por qué?

Tengo bastantes libros, he leído bastantes y hay uno que para mi es especial: Moscas para la pesca, de Rafael del Pozo, en parte porque fue el primer libro de moscas que cayó en mis manos y por otra es una obra que liga de alguna manera la entomología con la pesca, a parte de enseñarnos una buena cantidad de las moscas de León, pero que casi las hay en toda la península, nos cuenta en que épocas del año y horas del día suelen ser más efectivas. Hay muy buenos tratados solo de entomología y muy buenos libros solo de pesca, pero que unan las dos cosas, casi ninguno. Para mí un gran libro, imprescindible.
Ahora que a tanta gente le ha dado por pescar con sedal pesado, cuándo bajas al río, ¿le das a todos los palos, o con el palo solo das latigazos?

Hace muchos, muchos años que abandoné los otros palos en cuanto a pesca de río, ahora doy más latigazos que pesco, pero me entusiasma cada día más. Algo mágico tiene el latigazo, que como bien dices le ha dado a muchos pescadores por pescar así.
Te propongo un reto. Imagina que te doy una plancha pequeña de foam verde, un mazo de plumas de León, un poco de hilo de cobre y una bolsa de plástico ¿Cuántas moscas podrías montar con eso?

Como de pequeña es la plancha de foam? Jajaja Se podrían montar unas cuantas, desde un escarabajo verde, un saltamontes, un tricóptero con tejadillo de pluma de León, creo que se pueden hacer bastantes. El hilo de cobre lo metemos en la bolsa de plástico y lo vendemos en una chatarrería, que se paga muy bien el cobre. Fuera bromas, todos lo materiales son buenos y se puede hacer mucho con muy poco.
Para finalizar, si algún día me acerco a pescar a Galicia ¿en qué río te encontraré casi seguro? Prometo llevar cecina.

Si traes cecina, en cualquiera porque te encontraré yo. La buena gastronomía es uno de los valores añadidos de la pesca, y la cecina lo es en León.
Pero si me quieres encontrar, lo más es que esté en el tramo libre sin muerte de Rábade, en el río Miño, pescando desde el atardecer hasta que cierra el día. Allí os espero.
Pues dejamos a Joaquín con sus moscas que cobran vida por momentos y con sus rincones de esa maltratada Galicia por la que pide algo más de cordura por parte de las administraciones.
Podéis acceder a su magnífico trabajo a través de www.joaquinflytier.com

lunes, 3 de junio de 2013

2 DE JUNIO: EN JABARES CON LOS NIÑOS

Este domingo hizo un día estupendo para bajar al río, y seguro que lo hubiese pasado como un indio apache.  Temperatura ideal, poco viento, caudales más o menos buenos... Pero preferí coger a los pequeños y llevarlos al reservorio de Jabares de los Oteros. Mi hijo mayor ya ha pescado en más ocasiones, pero la pequeña no había ido nunca de pesca, de modo que la ocasión la pintaban calva.
 
Sobre las 10:30h nos presentamos en el lago, con una espléndida y soleada mañana. No son las mejores condiciones para pescar en este tipo de escenarios. Mejor algo nublado y con una ligera brisa, pero bueno, tampoco nos vamos a poner exigentes. Se trataba de pasar el día al aire libre, de desconectar a los niños de otro tipo de entretenimientos, esos que hay que andar restringiéndoles para que no se vicien.
 
Metidos en harina, les monté una caña de lance con unas ahogadas y un quironómido de rastro. Alvaro, mi hijo mayor, le explicaba a su hermana cómo debía hacer los lances y cómo tenía que ir recogiendo la línea. Paula, que es espabilada hasta límites insospechados, se manejaba con una soltura importante (ya os podéis imaginar el tamaño del charco de babas que tengo ahora mismo debajo de la silla) Como buenos hermanos, y dado que solo les monté una caña, iban turnándose en los lances.
Aún no había terminado de montar mi caña cuando "¡Papi, papi, me parece que me ha picado una!" Y vaya que si le había picado. Me acerqué hasta mi hija y le animé a que fuera trabajando la trucha "levanta un poco la caña, dale más hilo, recoge ahora un poco más..." Mi única ayuda consistió en ensalabrar la pieza. Buen estreno.

Luego fuimos pasando la mañana entre lances y algunas truchas más. Paula aún trabó una segunda trucha.
Como dije al principio, no era el mejor día para que las capturas se prodigaran, pero aún así lo pasamos francamente bien. El único pero: Alvaro no sacó ninguna trucha y se desanimó durante un rato. Luego recordó que en esto de la pesca, el resultado no es siempre el que queremos.

Desde aquí, aprovecho para dar la gracias a Miguel, de Marsó, que siempre anda presto y dispuesto a ayudarte, a darte algún consejo útil o, simplemente, a charlar contigo unos minutos.
 
Miguel, un tío encantador
 

lunes, 27 de mayo de 2013

25 DE MAYO: TRUCHAS DURAS, TRUCHAS FUERTES

Jornada complicadilla la que tuve en esta ocasión. Río algo escaso de agua, truchas apáticas en la primera manga de la jornada y con ninguna gana de comer arriba, a pesar de la fantástica eclosión de pardones que presencié.
Pues eso, dividiendo la jornada en dos mangas de unas 2.5h cada una, la primera fue un desastre, porque por no tocar, no toqué ni las piedras. Era desesperante, tenía el brazo machacado de tanto lanzar, me dolía el hombro y el cuello (ando algo tocado de cervicales) y encima no era capaz de arrancar alguna trucha del fondo. No me suele pasar, pero me estaba empezando a cabrear por esa suma de circunstancias negativas.

Por fin, hacia la mitad de la jornada, y lanzando en un hueco sombrío, pequeño y con poco recorrido para la deriva, salió como un rayo una pequeña trucha que me dejó anonadado de la fuerza que mostraba. Estaba fuerte como un toro, señal de que se están poniendo hasta las trancas de comer.
Tras liberarla, avancé río arriba como 10 metros y lancé de nuevo ¡zas! otra... tres revolcones y hasta luego, Lucas.

Como el tramo que estaba pescando no me convencía mucho, cogí el coche y me desplacé a otra zona río arriba en la que nunca había estado.
Aparqué en un recodo del camino y desde allí, 20 metros hasta la orilla y ya estaba de nuevo metido en harina. Esta vez dí con un sitio en el que el agua bajaba generosa en su caudal. Localicé un echada de libro: rama gorda en medio del cauce y una larga poza diciendo "¡pruébame!" A los tres lances, ya tenía una preciosa y rolliza trucha que picó sin miramientos y me ofreció una bonita pelea.
La tarde estaba ya avanzada y aún pude disfrutar con algunas truchas más. Eso sí, estaban duras, puñeteras como ellas solas. Pero eso es lo bonito de la pesca.
Como dice mi amigo Lachis, ríos fáciles no hacen pescadores habilidosos.

lunes, 20 de mayo de 2013

18 DE MAYO: PESCANDO UN RIO GRANDE

Con lo mal que pintaba el parte meteorológico, y lo bien que hice en ir a pescar. Y es que a veces, los hombres del tiempo, no atinan al 100%, unas veces para nuestra desgracia, y otras para nuestra alegría.
Me encontré una tarde ventosa, algo fría y con unos nubarrones importantes, pero la suerte estaba de mi parte y solo llovió durante un par de minutos.
El resto de la tarde, pues eso, pura diversión en absoluta soledad. Se ve que la gente pensó "me quedo en casa" al ver la que se avecinaba.

Me encontré un río generoso de caudal pero con una temperatura que, ahora agradezco seguir con mi vader de cálido neopreno y no haber cambiado a un transpirable. La primavera está siendo bastante fresquita y eso repercute en la actividad de las truchas, pero poco a poco, con paciencia, se van dejando engañar.

En cuanto a la pesca, andaban las truchillas a medio gas; "cojo la mosca con ganas pero escupo antes de que te de tiempo a dar el cachete". Aunque el clima me dio una tregua, no estaba la tarde para muchas alegrías. Por eso, aunque las capturas no fueron numerosas, me fui satisfecho a casa, no sin antes citarme con este río para otra jornada más soleada.

Se me olvidaba comentar que durante las tres horitas que estuve pescando, vi una constante eclosión de efémeras que me parecieron pardones. Ahora bien, cebadas, dos o tres. No se yo si las pintonas tuvieron cena de empresa la noche anterior y andaban empachadas.

viernes, 17 de mayo de 2013

Conversando con: Eduardo García Carmona

Tras un paréntesis de varios meses, retomamos nuestras entrevistas con un pescador de sobra conocido por todos, aunque la faceta por la que le hemos tenido siempre presente, es la de divulgador incansable de este mundo tan maravilloso y peculiar a la vez que es la pesca.
No vamos a descubrir al Eduardo García Carmona periodista, divulgador, articulista, escritor; a ese Eduardo al que tanta gente sigue a través de su blog pescarmona.blogspot.com. Pero sí quiero descubrir un poquito más del Eduardo pescador. Queremos saber, parafraseando el título de su guía de pesca, dónde y cómo pesca este hombre de trato amable y cercano, de voz recia y profunda.
Sin más, os dejamos con la entrevista a este pescador de peces y de palabras.

Eduardo, lo primero de todo ¿cómo llevas la vuelta al clima del norte tras seis años disfrutando de la calidez de las islas Canarias? Supongo que ya te habrás sacudido el frío de encima.
¡Qué va...! El frío no nos ha dejado, ni nos dejará hasta el verano.
Este invierno está siéndolo, todavía. La primavera está siendo un invierno "camuflado" y, después de seis años en las islas afortunadas, como que estoy pagándolo con catarros... sí, sí, uno detrás de otro y llevo unos cuantos.

Te has afincado en Asturias, pero me da, no se por qué, que los ríos de tus amores están un poquito más abajo. Sácame de esta duda, por favor.
Tienes toda la razón. León es León en todo y si nos referimos a los ríos y sus peces, la singular pintona, especialmente más.
Me encuentro de maravilla en tierras gijonesas, donde dicho sea de paso habitan más de 80.000 leoneses, pero los ríos asturianos, aunque hermosos y con mucha calidad de peces, para mí, son muy distintos a los leoneses. Siempre seré un enamorado de León y sus ríos. Donde estén el Curueño, Duerna, Torío, Omaña, Bernesga, Yuso, Luna, Burbia, Valcarce, Cúa, Selmo... lo siento pero, que se quiten los demás, y eso que cada vez tienen menos peces.

Tienes publicada una guía para pescar en León que se puede considerar una herramienta más para el pescador. ¿Cuántas páginas tienes marcadas para ti mismo en tus salidas por esta provincia?
En la mente, todas. En particular, las de mis ríos favoritos, que son los de montaña: Luna, Curueño, Omaña, Duerna y Torío.

Nos consta que te encanta pescar a mosca seca, pero como hay que hacer patria, te pondremos en un aprieto. ¿En qué época prefieres poner una cuerda de leonesa?
Siempre, porque pescar a la leonesa es poder utilizar las moscas del Manuscrito de Astorga y sus derivadas en cualquier momento.
He sido, soy y seré un fiel seguidor de la pesca a la leonesa, expresión que siempre he utilizado, divulgado y promocionado.
Efectivamente, pesco a seca desde hace unos 20 años, pero con los años, la vista se va perdiendo y como bien he dicho, PESCO A SECA, por lo que cada vez es más complicado ver la mosca flotando por encima del agua, cada vez es más complicado ensalzar las moscas.

Ahora que está tan de moda la pesca a ninfa con perdigones, hay pescadores que lo consideran un sacrilegio hacia la pesca a mosca seca como se conoce tradicionalmente. Nos gustaría conocer tu opinión como pescador.
No me gusta pescar a ninfa y mucho menos a la última que llaman perdigón. Respeto a todo el mundo pero para mí pescar al hilo, como lo hacen los de perdigón, es pescar a cebo, no a seca o a sedal pesado, porque muchos de los que utilizan el perdigón, no llevan ni cola de rata en el carrete, incluyendo a los de competición.
Después algunos dicen que les tengo manía pero hasta en competiciones oficiales les han pillado utilizando hilo y más hilo, y después trenzados o algo similar. ¿Entonces a qué pescan, a seca?

Danos tres razones para pescar en soldad, y otras tantas para hacerlo en buena compañía.
El sonido el agua, el susurro del viento gélido o templado, el trinar de los pájaros, el crujir de una simple rama al pasar por una vereda, son sinónimo de soledad, tranquilidad, paz…es la sinfonía de la vida misma, administrada con “cuentagotas” cuando sales a pescar en solitario…y si encima sientes a un pez al final de la línea, ya es el máximo.
Pero la pesca es mucho más. La pesca son sensaciones, la pesca es disfrute, es amor, es naturaleza armónica, es un todo equilibrado que te da conciencia de lo que significa de verdad cuando sales sin egoísmos, y la pesca es amistad y compañía.
A mí me encanta estar sólo en el río pero siempre acompañado. No puedo salir sin mi cuadrilla, sin la reunión de la hora del bocata, la bota de vino, la charla e, incluso, la partida al mus, aunque la pierda.
La pesca es compartir y si la naturaleza te aporta todo lo que he comunicado hasta el momento, como vas a ser tan egoísta de no compartirlo con los demás.

Cuando planeas una salida, ¿te tiras a los tramos libres, los cotos o te da igual?
Normalmente, a los tramos libres o libres sin muerte. Los cotos cada vez están más prohibitivos y, en muchas ocasiones, están iguales o peores que los tramos libres.

¿Eduardo es pescador de truchas o pescador sin más?
Ante todo soy pescador. Es verdad que estoy enamorado de la “reina de nuestros ríos”, pero se siente una satisfacción similar a la de sacar una trucha cuando, por razones como las mías en Canarias, te tienes que ir a pescar al mar o las presas de riego. El primer Black Bass que pesqué a popper, me dio una subida de adrenalina que no tenía desde hacía tiempo. Vamos, me enganchó la pesca del Bass en Canarias y a seca, aunque, también, probé a cucharilla de doble pala SIN MUERTE, que me envió mi amigo Eduardo Fontela, de cucharillas EDU, y la verdad es que no daba crédito a la cantidad de ellos que saqué. Ni los pescadores canarios que me acompañaban se lo creían.

La memoria siempre es caprichosa cuando guardamos algo para recordar eternamente. Seguro que tienes una jornada memorable en la retina entre tus incontables andanzas pesqueriles. Y seguro que no fue la que más peces te dio.
Fue una jornada en la que cuando estaba en El Diario de León realizando las dos páginas de pesca semanales, en la época en la que no estaba la redacción informatizada, se me ocurrió realizar un reportaje de pesca a la “antigua usanza”, con tiradera.

Conseguí dos expertos en el alto Esla y, a pesar de ser verano, casi nos congelamos en el río.
El reportaje era total por lo que teníamos que salir furtivos y de noche. Apostamos a dos amigos en el único puente que daba paso a la zona utilizada en el río, con instrucciones claras de lo que tenían que hacer con sus cigarros en caso de que apareciese la guardería, la Guardia Civil, o cualquier otra persona.
Después de dos lances magistrales en uno de los mejores cotos del Esla, por entonces, y con sólo cinco truchas en el “talego”, un movimiento desde el puente nos indicaba PELIGRO. Con todo nos metimos en el río y nos cobijamos bajo unas salgueras de la orilla. Pasaba el tiempo tan lento que, los minutos parecían horas. Eran gentes del lugar que habían salido a pasear y se quedaron dialogando con los del puente. Nosotros nos quedamos “medio pajaritos” con toda la ropa calada. Menos mal que el frío nos lo quitamos del cuerpo, después, con una buena queimada. Por supuesto, el reportaje no salió porque no se pudo realizar.

Te propongo un flashback de 20 años para que nos cuentes caña en mano cómo has visto la pesca de la trucha en las dos últimas décadas.
Yo lo resumiría casi con un titular: DEL TODO AL NADA, como la economía en nuestro país. Aunque en honor a la verdad, los problemas de los ríos y las truchas en León no vienen de hace 20 años, vienen de hace cuarenta o más. Antes de cerrar el pantano de Riaño, allá por 1987, el Esla tenía truchas para todos y hasta los cupos eran de muchas truchas autorizadas. Ahora, hay que conformarse con mucho, mucho menos pero, si sales con alegría y a disfrutar de la naturaleza, devolviendo los peces, otra vez al agua tras ser capturados, la satisfacción volverá a inundarte.

Para terminar, ¿qué te gustaría aprender en esto de la pesca que no hayas aprendido aún?
Que la Administración lleve la pesca a las escuelas, al colegio normal, como una asignatura más o un apartado dentro de la de CONOCIMIENTO DEL MEDIO.
El día que nuestros escolares, desde los cinco años comiencen a ser concienciados de lo que debemos hacer con el río y los peces…con la naturaleza en general, habré APRENDIDO AMAR A NUESTROS POLÍTICOS, mientras tanto, no me gustaría aprender nada más porque yo he conocido momentos de mucha pesca y abusamos, y de aquellos abusos vienen los problemas de hoy. Tengo tres nietos y me encantaría que conociesen la pesca como la conocí yo, y NO POR FOTOGRAFÍA, como parece ser que la conocerán en pocos años. Si no nos concienciamos todos y educamos desde temprana edad a los niños, en este sentido, esto se terminará.

Así es Eduardo, sincero, honesto y con las ideas muy claras en esto de la pesca. Esperaremos a que se le pasen los catarros y emplazarle a una jornada de pesca en esos ríos de montaña a los que tanto ama.

lunes, 13 de mayo de 2013

12 DE MAYO: EN TIERRAS DEL LÚPULO

Tenía una cuenta pendiente con cierto río que me había dado julepe en las últimas visitas Tanto es así, que no lo pescaba desde hacía, al menos, tres años. Aún con esos precedentes, enfilé hacia las tierras donde las plantaciones de lúpulo (materia prima esencial en la elaboración de la cerveza) invaden el paisaje y justo antes de su cosecha, ya en plena temporada estival, regalan unas estampas únicas.

El día no empezaba muy bien, ya que según reza el refranero popular, la mañana estaba para aplicar lo de "Niebla en la montaña, pescador en la cabaña". Aunque tampoco era excesiva, así que no me desanimó.
Tras vestirme de astronauta, me puse a pescar un tramo con muy buena pinta, aunque el caudal venía cañero y era muy complicado moverse con soltura. Incontables lances después, y sin tener ni una triste picada, metí la caña en el coche y bajé unos 3km para pescar un tramo con el caudal en su punto justo de cocción.

Poco a poco, conseguí levantar algunas truchas después de hilar muy fino, porque las muy... estaban bien pegaditas al fondo. Este año, me da que van a tardar un poco más en ponerse como locas. Como en jornadas anteriores, la ausencia de cebadas fue la nota predominante. Por suerte, si no comen arriba, comen abajo, y yo tengo la sana costumbre de llevar un buen surtido de golosinas que me permitan disfrutar con la reina del río.

Como anécdota, cuando me estaba cambiando para marcharme a casa, llegó un pescador que tenía su coche al lado del mío. Le pregunté qué tal se le había dado y me sorprendió la respuesta: "Es que acabo de llegar" Digo sorpresa porque estaba recogiendo los bártulos para irse ¿¿?? Luego vino la aclaración: se había dejado la licencia en casa. Me decía que sin licencia no iba a estar tranquilo. Bien por él; las cosas bien hechas bien parecen. Muchos otros en su lugar, se habrían arriesgado a una sanción. El pobre hombre tenía un cabreo importante, pero...

lunes, 29 de abril de 2013

27 de abril: montaña central

Pescar en un río en el que estás a 4ºC de temperatura ambiente, tiene sus ventajas: vas a estar completamente solo. Solos tú y el río. El disfrute que tienen estos ratos de soledad.

Pero pescar un día tan frío tambien tiene sus contraprestaciones, y una de ellas puede ser que pilles el momento "tenemos frío y no queremos salir" que las truchas te pueden brindar en días así.
Pues ese es el que me tocó a mí.

Sin embargo, mis amigas las truchas, que diría Delibes, tuvieron a bien darme la oportunidad de acariciar su hermosa librea, aunque solo una pintona fuera la representante de tal honor. Bueno, realmente el honor fue mío.
En esta jornada me encontré truchas muy escondidas, orilladas y debajo de piedras y huecos. Las poquísimas que toqué -aparte de la única que conseguí pescar- fue porque metí la mosca en sitios que en circunstancias más favorables, seguramente ni me plantearía intentar.
Ya vendrán jornadas más productivas. El caso es salir al río, lanzar la mosca, mover el cuerpo para que no se oxide y llenar los pulmones. Luego, lo de pescar alguna trucha, ese ya es otro cantar.





lunes, 22 de abril de 2013

21 de abril: otra vez el Duerna

La primera de la jornada
Me hubiese gustado moverme a otra zona y, de paso, no hacerme 70 kms ida y otros tantos de vuelta, pero en vista de que la mayoría de los ríos que tengo a tiro bajan aún un poco desmadrados, me decidí por la repetición de escenario.
Esta vez, pensé que madrugar no tenía mucho sentido porque la trucha del Duerna se está empezando a mover en condiciones cuando al día ha calentado. De modo que a eso de las 14h me planté allí dispuesto a pasar una buena tarde. Y ciertamente así fue. Primer lance primera trucha, que es la que ilustra este artículo.
A partir de ahí, tuve un buen rato repleto de picadas, toques y revolcones. Vamos, entretenido a tope.

Esta vez, y a diferencia de la semana pasada, ya noté a las pintonas con la fuerza que les caracteriza en este río. Pequeñas fario que me brindaban divertidísimas carreras durante unos instantes.
Parece mentira que esas "raspas" tengan tanta bravura.
Avanzada ya la tarde, me encontré con dos amigos de Pescaleón, que andaban pescando las tablas de la zona con buenos resultados.
Os dejo un par de fotos de sus andanzas.


Así se pesca, si señor

Ahora se avecinan nuevos días de frío y agua, con lo que disfrutaré del recuerdo de este día mientras se estabiliza el tiempo de manera definitiva.

lunes, 15 de abril de 2013

Mi apertura 2013 en el Duerna

Realmente, la apertura la hice la semana anterior, pero no se puede considerar una jornada de pesca, ya que salí 2 horas escasas, más a estirar la musculatura que a pescar.

En cambio, ayer si que hice una jornada al uso. Me desplacé hasta el río Duerna, animado por el clima benigno que había hecho acto de presencia durante el fin de semana. Buena temperatura, escaso viento, caudal bueno... todos los ingredientes necesarios para pasar una jornada entretenida.
Coincidí con mi amigo Jorge, que llevaba en el río desde las 7:30h (es un tipo madrugador) y pescamos juntos un par de horas, más o menos.

El agua bajaba de deshielo, y helada no; lo siguiente. Aún así, como corresponde a este precioso río, su claridad era insultante, de modo que para pescar aquí hay que hilar muy fino. Justo lo que me falta en las primeras jornadas de la temporada. Anda uno todavía con la caraja del invierno, torpón, bajo de forma física y pensando si es cierto que ya ha empezado la ansiada nueva temporada.
No se apreciaba movimiento alguno pero como se suele decir, "haberlas haylas".


Cuando ya me encontraba solo, logré engañar a la única trucha que llevé a la mano en esta jornada en una pequeña poza, a la salida de un remolino provocado por un tronco sumergido, lugar querencioso donde los haya. Una pequeña pintona, típica del Duerna a la que noté con poca fuerza para lo que es habitual en estas aguas. Una foto rápida y al líquido elemento de nuevo.

Tras un buen rato sin mover alguna trucha, llegué a un pequeño tramo con el agua un poco rizada y con todas las papeletas para albergar unas cuantas pintonas. Dicho y hecho, la siguiente media hora fue una sucesión de truchas revolcadas, que no pescadas. Esto me producía alegría y cabreo a la vez. Bueno, más de lo primero que de lo segundo. La verdad es que pasé un rato entretenido.
Ya sobre las 13:30h, y un poco cansado -la baja forma física- di por concluida esta primera jornada en condiciones, que como piedra de toque de esta nueva temporada, no estuvo mal a pesar de contabilizar una sola captura.
Aún así, una vez más quedé prendado con el exuberante paisaje que nos regalan las tierras del Duerna.

martes, 2 de abril de 2013

Llenando las cajas

Mientras los ríos apaciguan su furia y los caudales se tornan más comprensivos con los humildes pescadores, es un buen momento para terminar de rellenar esos huecos que nos quedan en las cajas.
Os dejo algunos montajes para esta temporada. Algunos no los he probado nunca, pero dicen que el que no arriesga no gana, y en esto de probar cosas nuevas en el río poco tenemos que perder, así que...

Perdigón blanco perla

Perdigón blaugrana

Perdigón negro

Perdigón oliva

Perdigón rojo

Ninfa fantasía

Ahogada oliva

Ahogada rosa

Ahogada roja

Blanco y negro

Efémera naranja  
Efémera parda

Efémera roja

Emergente oliva