miércoles, 12 de septiembre de 2012

9 DE SEPTIEMBRE: VEGAQUEMADA

Hay días, en cuanto a pesca se refiere, en los que es mejor quedarse en casa haciendo calceta. Sin embargo, hasta de los días más aciagos, se pueden sacar conclusiones, aprendizajes, etc. Y eso se lo debo a Jose, con el que acudí a pescar este coto, desconocido para ambos.
A título personal, la jornada no pudo empezar peor, ya que fue meter el pie en el agua y notar que tenía el váder, no picado; si no reventado, porque el chorro de agua que me entraba no era normal. Aguanté un par de horas en esas condiciones, más pendiente del frío que tenía que de pescar. Como no me podía meter en sitios de cierto calado (no quería que el agua me llegara a las partes nobles) me dediqué a lanzar en zonas más someras, pero pescando a ninfa, la probabilidad de tener picadas era mínima. Aún así, conseguí revolcar una trucha.

 Por suerte, los contratiempos solo los tuve yo, ya que Jose encontró una poza bastante productiva, y en ella lo pasó pipa. Como estábamos un poco separados el uno del otro, cuando trincaba una, me daba un silbido, de modo que, a falta de pescarlas yo, me podía deleitar viendo sus peleas con las truchas que engañaba.
Tortilla, queso viejo, chorizo ibérico...
A eso de las 14:30h, ya no podía más; llevaba demasiada agua en la pernera. Marchamos hacia los coches para comer y de paso comprobar el desaguisado que tenía. Debieron salir como 3 litros de agua ¡buf!
Jose me dejó un váder que llevaba en el coche, que aunque tenía alguna picadura, no era el Titanic, como el mío. Intentamos hacer un apaño para aprovechar los botines de goma de mi vader de neopreno, pero no hubo forma, de modo que como medida de urgencia, acabé calzando unas zapatillas de trekking. Menos mal que Jose lleva de todo en el coche.

Vadeador desmontable: lo último en tecnología pesqueril


Te gustó el menú ¿eh, compañero?
Tras la comida, nos metimos de nuevo al río, a ver si en esa segunda manga tenía más fortuna. Pero no, no era mi día. Después de una par de horas largas, el agua acabó entrando en el váder y ahí si que noté la tremenda frialdad de las aguas del Porma. Dos tristes toquecitos a mis moscas fueron el único bagaje que os puedo contar.
Según la opinión de Jose, estaban durísimas. Por este motivo, puedo asegurar que tuve el privilegio de pescar con un maestro; si no llegan a estar duras...
Me corrigió vicios y defectos, algo que siempre viene muy bien y que pescando solo no es posible hacer. Eternamente agradecido.
Las sacó a ninfa, a seca, de frente, de espaldas... ¡qué gran pescador! Además, las truchas estaban repartidas por todo el ancho del río; pozas, tabladas, orillas...

Jose gozando a seca

En resumen, una jornada en la que me quedó claro que, no siempre se pesca, no siempre se hacen las cosas bien, no siempre tienes todo de cara, si no lo contrario. Pero por encima de todo me quedó clara una cosa, ¡cuánto se puede aprender sin sacar un pez del agua teniendo a un compañero de jornada como Jose!

10 comentarios:

  1. Pues al final es lo que vale Carlos, me alegro que sacaras lo positivo de la jornada... Un saludo!

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    1. Gracias Mario. Aunque este próximo fin de semana me pienso desquitar pero bien jejeje

      Un saludo

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    2. Pero con váder nuevo no,jejeje.. o cuando menos reparado,ya sabes a darle al sicaflex,ahì le as dao, aunque no se pesque siempre se aprende algo,y como dice Mario,hay que sacar lo positivo,y si encima tienes a alguien que te dice lo que haces mal,pues mejor que mejor.Y como nos pasa a todos no todas las jornadas son peces.Un abrazo Carlos

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    3. Jejeje, ese vader quedó para retales. Sicaflex tenía a dolor, pero llega un momento en que da igual lo que le eches. Tengo otro que, por falta de tiempo, no pude llevarlo a ponerle bien las suelas de fieltro. Ayer ya se las volví a pegar. Igual acabo el próximo día como un penitente.
      Otro abrazo para tí, Víctor

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  2. En todas las jornadas de una manera u otra siempre se aprende. Pero sin duda me quedo con esa tortilla y ese queso..... Jejeje. Muxa suerte para la proxima jornada!!! Un saludo

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  3. Gracias Jesús. La tortilla quedo reducida a cero, el queso también. El menú estaba rematado con unos tomates del huerto de mi casa, chorizo ibérico y un termo de café. Jejeje, si yo realmente no fui a pescar, fui a zampar en el campo.
    La próxima jornada, toca desquite.

    Saludos!!

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    1. Juer Carlos,la tortilla tiene un pase,el chorizo iberico pssss,que quieres pues también,pero llevar termo al campo,eso es de señoritos,jejeje..hornillo,cafetera y agua bendita como mandan los canones,y es que no hat nada como un cafetin recien echo y calentito,seguro que las filtraciones del váder,si acaso algo fresquita,jejeje,y pienso como jose unas horas con Tomas,y tela marinera.Un abrazo

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    2. Vamos a ver, Víctor, que te voy yo a dar "pal" pelo: el café estaba muuuuy caliente y muy rico, coñe que para eso llevé un termo. De señoritos es la toallita suave que llevo siempre para secarme mis lindos piececitos ¡jajaja!
      Con Tomás ya he pescado y el muy cabrito solo quiere ponerme el cuello como una gamba de Huelva, a mi solo me enseña a cantarle coplas a las truchas y a poner unas moscas "feismas" y enenas que solo ve él ¡juajuajuajuajua!

      Bromas aparte, otro que tal baila, te las pesca en tus pies de cuatro en cuatro; es tremendo verle pescar.

      Un abrazo

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    3. Ni que lo digas,es un fenómeno y una gran persona,y para cuando algún día vallamos a pescar una tortilla de tu señora seguro que no le are ningún asco.Un abrazo campeón

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  4. Hola Carlos, después de leer tus comentarios esta semana he pescado el coto de Vegaquemada. No se me dio mal ,pero no llegue a tocar tantas como José aun así toque bastantes escamas de 24 cm. El problema de no pescar bien es la temperatura del agua. Estaba a 9 grados. Helada ( me lo comento el guarda). Estaban turbinando y cogían el agua de abajo ( es lo que queda) y sale heladora. De todas formas es un coto muy entretenido y con muchas posibilidades s y bastantes truchas.
    Recibir un saludo y buena suerte.
    Enrique

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